SOUND HEALING

SOUND HEALING, TODAS

El poder sanador del sonido: Un viaje hacia tu interior

Desde el inicio del nuestra existencia estamos expuestos al sonido. El sonido ha sido utilizado desde tiempos ancestrales para ceremonias de sanación y lo podemos encontrar  en las formas tradicionales de sanación de oriente, en los tibetanos, en la medicina hermética. En india se han utilizado los mantras para sanar, elevar la conciencia, transcender la mente y recibir sabiduría, paz y felicidad. Los griegos  descubrieron, basados en las matemáticas de Pitágoras, que podían usar intervalos en los sonido que llevaban al ser a otros estados de conciencia, pudiendo así sanar traumas y estimular los sueños. Los chamanes de muchas culturas han utilizado  conchas, ocarinas, silbatos, semillas, tambores, flautas, conchas, didgeridoo  y otros instrumentos para crear sonidos para alterar la conciencia y para sanar. Vivimos en un universo musical, somos seres vibracionales,  multidimensionales, somos energía, tenemos un cuerpo por el que circula energía  que resuena con el universo. Somos cuerpos de luz y aproximadamente más del 75 % somos agua. El agua de nuestro cuerpo sirve como conductor vibracional. Cuando el escucha se deja llevar por el sonido con una intención clara, crea  un ambiente relajador en su interior  creando experiencias físicas (hormonales) y visuales (color, geometrías) liberadoras y sanadoras que refrescan y aclaran la mente. Durante la experiencia puede haber sonidos de la naturaleza como canto de los pájaros, sonido del viento, del mar, de la lluvia, grillos y sapos además de sonidos instrumentales, de cuencos de cristal o de metal, diapasones, o cualquier instrumento utilizado por el instructor. Estar abierto a diferentes posibilidades es muy importante. Dejar que el cuerpo se mueva si así lo precisa o  estar en un  estado de sueño y relajación dejando que el cuerpo gradualmente entre en un estado de calma y reposo. Cada evento es totalmente diferente y espontaneo. No existe la interpretación. Puede tener una duración de 30 minutos, una hora, o 1 hora y media dependiendo de la necesidad o programación. Durante este tiempo la persona puede estar sentado/a o acostado/a sobre una colchoneta en el piso. Puede utilizar cojines, cobija y aquello que le permita encontrarse muy cómodo. Recomiendo beber agua con anticipación.  La hidratación ayuda a que la vibración y el sonido conduzcan al participante a un estado profundo de relajación. Es también importante poner una intención antes de iniciar. Cada participante mentalmente crea su intención. Cada quien tiene su propia y personal experiencia. Al final puede compartir su experiencia. Lo mejor es no tener expectativas, simplemente dejar fluir el momento presente y disfrutar.

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